miércoles, 28 de septiembre de 2011

Puedo ser muy pesada a veces, pero siempre me encanta recordarlo. Hace cuatro años, dos meses, veintiocho días, trece horas y cuarenta y tres minutos que me besaste por primera vez. Podemos estar más lejos o más cerca, vernos más o menos pero sentiremos siempre lo mismo. Seremos más o menos crios, seremos siempre muy niños cuando estamos los dos solos. Quiero besos en la frente, andar de la mano, que me des besos sin dejar de caminar, que me hagas cosquillas y me coloques el pelo. Quiero inviernos debajo de mi manta de leopardo, de viajes a Cáceres y esperarte en la estación de Salamanca. Que el punto de unión sea Plasencia, o el fin del mundo. Habrá muchos más regalos, de esos que no son materiales. Tendremos muchos más sueños y todos los planes de futuro se llevarán a cabo. Nos quedan tantos años, tantos malos momentos que pasar, muchos más buenos... Y esperemos poder vivir dentro de no mucho debajo del mismo techo y empezar a formar lo que puede ser una sola vida de dos independientes.




viernes, 16 de septiembre de 2011

Por fin algo sale bien este verano, te tendré a 215km en vez de a 7 horas de bus. Y me alegra, claro que si. Me alegra más que cualquier cosa, de hecho es lo único que ahora lo hace. Ahora solo queda volver a acostumbrarme a no verte las 24 horas del día.

A veces soy insoportable. Tengo otra crisis de identidad, quiero tirar la ropa de mi armario y llenarlo otra vez. Me ha dado por música ochentera, será por mi pelo. Mañana será bicolor, pelo nuevo...misma vida. Quiero un conejo enano, se va a llamar Alien, aunque desistiré de la idea si en un mes no lo tengo. Quiero una polaroid, aunque me deje eso que llaman paga en comprar papel por internet. Y quiero que te pongas bien, aunque eso con dinero no se consiga.