Se metió debajo de las sábanas cubierta por completo, intentando ahuyentar los monstruos de debajo del armario. Con la necesidad de desahogarse cogió el cuaderno y escribió... todo lo que no podía decir y todo lo que no quería sentir.
Para nada es buen refugio una cama vacía, ni aunque esté plagada de peluches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario