viernes, 30 de diciembre de 2011

Siempre pensé en como empezaría esto, como me despediría de ti. Ya no estás conmigo, solo me acompañan tus recuerdos. Te he querido tanto...y lo seguiré haciendo hasta que tenga que irme donde ahora estás tú. Fuiste de las primeras personas que me vieron al nacer y yo he sido de las últimas que has visto al morir. Toda una vida, me has alegrado la existencia desde que te vi por primera vez.
Nunca pensé que sentiría lo que siento ahora. Es un dolor físico, parece que se salen las entrañas por la garganta. Te hablo, aunque no estás y por supuesto no me oyes y beso tus fotos y limpio a cada minuto las lágrimas que provocan tus recuerdos.
Donde estés no te preocupes por nada, solo cuídame.
Iré a verte siempre que pueda y aunque esto no te gustaría, te has ido de mi vida pero vas a quedar marcado para siempre en mi piel.
Somos fuertes porque tú nos enseñaste a serlo, y estamos más unidos que nunca porque tú eras el nexo y ahora tenemos que agarrarnos unos a otros para no caernos.
Echo de menos todo, sobre todo tu olor. Hasta en estos últimos meses era el de siempre, eras libertad.
Abuela está bien, llora a escondidas para no hacernos daño y ha decidido quedarse ya sola en la casa porque dice que tiene que afrontar las cosas lo más rápido posible.
Anoche hablábamos de ti, te recordábamos como vamos a hacerlo cada día. Sabemos que te has ido feliz, y que no podíamos hacer más de lo que hemos hecho.
Sé feliz y échame de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario