No soy de hacer balances, no me gusta resumir los años porque en algunas ocasiones hace daño mirar atrás. Me siento extraña, tengo un día de esos en los que no te aguantas ni tú misma...y demasiadas cosas en la cabeza. Si tengo que hacer un esfuerzo y ponerme a pensar en el 2o1o, no sabría con qué quedarme. Ha sido un año muy difícil, el olor a hospital se me quedó metido dentro de la nariz durante muchísimo tiempo. Gracias a quien sea no hemos tenido que volver, y espero que en este año no tengamos que hacerlo. Estas navidades volvemos a pasarlas los cinco juntos, y no pensaba que fuera así...pero no sabeis cuanto me alegro.
Ha habido muchísimos cambios. Ahora comparto el día a día con cuatro personas que me alegran la existencia. Y con otros cuantos que me la hacen muchísimo más fácil. No sé como explicar el cariño que he podido cogerles en poco más de dos meses...como si los conociera de toda la vida. Y no exagero, me siento rara estando aquí y no teniéndolos al lado. En el bloque de enfrente o al otro lado del teléfono (eso si). En parte me siento sola si no los tengo cerca, pero también me gusta echarlos de menos porque eso quiere decir que estamos haciendo las cosas bien. Nos queda mucho tiempo juntos y sé que de aquí saldrán amistades de las que no se pierden.
Mi Jauría, que no se lo digo como debería...pero las echo muchísimo de menos. Me alegro muchísimo de que las cosas sigan como siempre cuando nos vemos, como si no pasara el tiempo.
A él le debo muchas cosas, también muchos disgustos. Siempre que hago balance está, en todos los años...espero que siga siendo así.
Asique imagino que no puedo quejarme, que las cosas están más o menos en su sitio y que todo debería seguir igual.

Siempre la he admirado, muchísimo. La tenía bastante olvidada y acabo de ver un documental de toda su vida, la suya y la de Kurt Cobain. Puede ser lo que sea, pero desde Hole es enorme y para mi, un ejemplo de superación.

Sigo con mis vicios...al igual que os sigo echando de menos.

Creo que las lágrimas son completamente de felicidad. Echo muchísimo de menos a mucha gente. Cuando estoy allí, a los de aquí y a los que están lejos y cuando estoy aquí...se han llevado mi corazón parte por parte. Son geniales, y me han devuelto muchísimas cosas que pensaba que estaban perdidas. Puedo decir que los quiero y me da igual que haya pasado poco tiempo, a veces no se necesita mucho más de un segundo para darte cuenta de la realidad de las cosas.
No me gustan estas fechas, pero no pensaba que las pasaría este año de nuevo todos juntos...sea a quien sea a quien tengo que darle las gracias, se las doy. No sé que sería de mi sin él. Quiero escuchar se voz por teléfono y que me repita mil veces que me echa de menos. Sé que el tiempo se lleva a todo el mundo, pero no quiero que nunca le aleje de mi. Aunque no me gusten las disfrutaré como si fueran las últimas, que pueden serlo.






Me despertará otra vez el reloj a las diez y media, pero no creo que mañana me moleste.

Me dediqué a retocar/borrar fotos anoche, hasta altas horas de la mañana. Gracias a eso no era capaz de dormirme. Una foto guarda miles de recuerdos, solo captan un instante...pero hay muchísima vida detrás. Antes me encantaba salir en ellas, y aunque me sigue encantando, ahora prefiero estar detrás. LLegar a casa, verlas mil veces y saber que si siguen ahí siempre recordaré ese momento. De gente que está lejos, de sonrisas que ya no volverán a brillar como lo hacían antes. Captan instantes, y al segundo siguiente ya somos menos niños. Espero que mi regalo anticipado de reyes me acompañe a muchísimos sitios.






Ha vuelto a despertarme a las diez y media el reloj que me compré hace tiempo. He dedicido recuperar las viejas costumbres y ponerme a leer nada más levantarme. Siempre me ha gustado, y me he levantado de buen humor.

Echar la vista atrás y ver que tu vida se ha dividido. Tengo más cosas en la habitación de aquí que en casa. Cuando llego me resulta vacío, sin la esencia que tenía antes. También estoy vacía yo, tanto aquí como allí. Me falta una parte esté donde esté. Y quiero recuperar lo que era antes, quiero saber hacia donde voy sin tener dudas. Las echo de menos a ellas, y pasarnos las horas en cualquier sitio hablando de cosas sin sentido y fantaseando sobre como será nuestro futuro. Las tardes de fotos y las noches en vela. Me pasaría la vida leyendo en la cama. Aquí me quedo también con ellas, con las terapias en habitaciones ajenas y las cenas en la cachirula. Y me quedo con ellos, que me han devuelto la ilusión de levantarme a las ocho de la mañana. Pero todo se acaba, y me pasaré la vida echando de menos.

A veces no sé lo que siento ni por qué lo siento, otras estoy completamente segura de como se ordena mi cabeza...aunque sea para mal. Preferiría haberme quedado en la cama cuando ha sonado el despertador, y que el día de hoy durase un segundo...o mil horas. A ratos no dejo de sonreir y a segundos me lo impide el subconciente. Quiero pasar el fin de semana con Carlos, y que el Barceló y su sonrisa me quiten la tontería de encima. No quiero que sea navidad, no me apetece ver las luces cutres, pero tengo ilusión de mandar mi carta a los reyes por e-mail.

A veces encuentras a gente de la que no quieres separarte, y son geniales. Y me ayudan en todo y sé que los voy a tener...aunque no sea siempre, por lo menos un tiempo. Unos años, que pienso aprovechar al máximo mientras ellos me dejen.

Realmente tengo miedo. Quizá nunca había estado tan implicada en algo y por eso me siento tan perdida cuando no te tengo a mi lado. Me siento idiota, por no hablarlo con nadie y por hacer que estoy bien, que nada me afecta y que puedo seguir sonriendo sin tenerte aquí. No quiero que esto se estropee por nada del mundo. Nos queda muchísima vida por delante, pero tengo claro como quiero vivirla. Y aunque tengo dieciocho años, y probablemente, ni dos dedos de frente quiero compartir todo lo que tengo contigo.

Me han ayudado como nadie, y me hubiera hundido en la mierda si no hubieran estado aquí. Ahora me doy cuenta de lo que las hecho de menos, aunque ya lo sabía. Las quiero, mucho.

Hay detalles que son simplemente eso, otros van más allá. Te dicen cosas sin hablar, hacen que tu cara se ilumine. Dan paso a un "¿lo olvidamos todo?". Si vamos por épocas es porque somos más complicadas que el mecanismo de un reloj suizo, pero también porque nos importamos. Más de lo que nos puede importar cualquier otra persona. Es el huevo kinder más rico que me he comido hasta ahora, y mira que no han sido pocos...

Gracias por absolutamente todo, por estar ahí y no irte. Por sonreir a mi lado, simplemente por sonreir. Te quiero, y ahora si que no me cansaré de repetirtelo.

Aunque sabía que iba a echarte de menos, no pensaba que estaría deseando que llegara la noche para oírte. Que todo se hace muchísimo más fácil sabiendo que estás conmigo, aunque no estés cerca. Quiero que sepas que pase lo que pase no te olvidaré nunca, que eres lo más especial que tengo. La persona que más fuerza me da, y lo digo sin miedo. Sin los miedos que tenía antes, por pensar que podía perderte. Tú me dijiste que esto nos haría más fuertes, y aunque me cueste mucho ahora sé que tienes razón. Que tú eres la parte que me complementa. No sabes las ganas que tengo de que pasen estos nueve días...

Pasan los días y piensas cómo está tu vida en este momento. No debería quejarme, vivo con quien quería y estoy haciendo lo que siempre me ha gustado. La mitad de mi está demasiado lejos, pero sé que va a estar siempre cerca pase lo que pase. Hay días buenos y días malos, pero me gusta y necesito saber que te tengo ahí. Te echo de menos, como nunca pensé que lo haría y cuento los días para verte desde el momento que me despedí de ti en tu portal. Espero que todo salga bien, que esto dure y que podamos superar los momentos en los que todo se nos hace todo cuesta arriba. Dímelo siempre, porque sabes que pienso lo mismo: "no puedo ser feliz si no es contigo".

Con lo poquina cosa que es...anda que no me ocupa a mi espacio.
La quiero mucho, y la echo de menos igual o más.

Soy inestable. Puedo querer un día y odiar al siguiente. Pero cuando lo hago lo doy todo, para bien o para mal. Sé perdonar y gracias a ello ahora mismo tengo lo que quiero. No me gusta que me mientan, ni que me digan cosas que no se piensan por no hacer daño. No dependía de nadie, hasta ahora. Me falta la mitad si no estás tú.

Cuando me siento sola, cuando no sé que hacer, cuando no sé a quien tengo o a quien no, cuando no sé en quien confiar, cuando quiero llorar y no me sale, cuando estoy perdida, cuando necesito un abrazo, cuando imagino que estás a mi lado, cuando tengo miedo, cuando siento que me pierdo, cuando no se me quita el frío ni aunque me arrope, cuando sueño, cuando río, cuando tiemblo, cuando necesito a alguien...no tengo más que pensar en ti para sentirme protegida.

Solo tú tienes la llave qe me encierra y que me abre,
solo tú provocas gritos qe nadie mas oyó
solo tú me empujas hasta la muerte con elegancia
solo tú alimentas la obsesión, mi eterna adicción
mi eterna adicción.

Que me acaricies y me hagas suspirar. Que se detenga el tiempo y estés siempre a mi lado. Que me entiendas, me protejas y me cuides. Que sientas lo mismo que yo y me lo digas sin hablar. Que me sigas susurrando, siempre. Que pasen lo más rápido posible todos estos días, porque necesito volver a tu lado.

No tenía fuerzas, solo quería estar a su lado. Pero no puede dejar que se convierta en su obsesión, lo único que conseguirá era estropearlo todo. ¿Cuántas personas han pasado por lo mismo?, ¿cuántas veces veía las despedidas en las estaciones de tren y lloraba sin saber por qué?. Pero también veía los reencuentros, y lloraba de igual forma. Sin los momentos amargos no se saborean tanto los momentos dulces. Le echaba de menos, y no dudaba que él también lo hacía. No dudaba ni un segundo de los sentimientos que tenían los dos, y que por ellos lucharían y seguirían adelante. Pero hay momentos donde las fuerzas flaquean y solo quieres desaparecer. Desaparecer a su lado.

Quiero decirte tantas cosas que ni siquiera sé como hacerlo...
Me has dado seguridad, fuerza y confianza en mi misma. Me hecho sentir cosas que nunca pensé que sentiría. Ahora solo tengo ganas de abrazarte, de besarte y dejar que pase el tiempo. Sabes el miedo que tengo, a todo. Porque soy así, de gilipoyas y de cría a veces. Pero tengo muchísima esperanza, que cuando dos personas se quieren las cosas pueden salir bien. No se va a estropear nada ahora. Quizá lo repito tantas veces, para llegar a creermelo yo. Nos vamos a ver una vez al mes, dos como mucho...pero el tiempo que tenga que esperar hará que al verte sea la persona más feliz del mundo. Podemos tener suerte por una vez, podemos llegar planear nuestro futuro sin miedo a que se estropee. Voy a luchar por ello y lo sabes. Nunca he estado tan segura de algo. Bueno si, de que te quiero.

Cuando pienso en todo lo que nos queda por delante...me da vértigo, miedo, angustia, alegría, ansiedad. Nunca se sabe cuando una relación pasa de ser "nada" a tener un futuro. Pero sé qué es lo que yo entiendo por futuro ahora mismo, y sé que sin duda está escrito tu nombre entre mis párrafos. Merecerá la pena llorar cinco días a la semana por verte sonreir dos segundos al llegar a casa. Sabes lo que pienso, sobre envejecer a tu lado...y si, tengo dieciocho años y no tengo ni siquiera claro lo que voy a hacer mañana. Pero, a veces, me planteo qué quiero hacer con mi vida. A veces, y sólo a veces...tengo dudas de lo que puedas sentir tú, de lo que puedas pensar cuando no me ves. Pero no tengo ningún tipo de duda de lo que puedes transmitirme al mirarme como sólo tú sabes. Y por esos momentos aguantaré lo que sea necesario, si tú lo haces conmigo.

No me daba miedo la soledad. Quería irme, sin pensar en nada ni en nadie. Pero hace tiempo que ha cambiado mi forma de pensar. Echo muchísimo de menos. No sólo a las personas. Echo de menos los olores y las vista que hay desde mi balcón. Te echo de menos a ti, con todo lo que eso conlleva. Me queda otra semana más, pensando por las noches lo bien que estaría contigo a mi lado. Quiero abrazar a mi padre, aunque sé que su orgullo se lo impedirá cuando me vea llegar a la estación.Me he traído a Isidora, y me ata un poco más a Plasencia. Alegra la habitación cuando la saco para que ande por el suelo carcomido. Quiero que al asomarme por la ventana pueda volver a ver las casas de las personas que más quiero en el mundo. Pero las cosas están así y, aunque me esté costando más de lo esperado, me quedan como mínimo dos años de respirar profundo y aguantarme las ganas.

Ella me ayuda, me cuida, me mima. Ella me sostiene, me empuja, me anima. Ella completa mi otra mitad. Conoce mis miedos y yo sus mentiras. Sabe lo que siento cuando me mira. Pienso que dentro de apenas diez días no la voy a tener. Pero nunca la voy a perder. Siempre estamos juntas aunque no nos veamos, sabe que no la olvidaré por nada del mundo. Intento ayudarla, compartir mi vida. Ella me enseña a tener fuerza. Me incita a vivir. No se deja vencer, no se deja llevar. Nunca ha dejado de ser ella misma. Puede que nos vayan a separar algunos kilometros, pero lo que nos une...no se romperá, nunca. La quiero por todo lo que ha hecho y hace por mi. Porque cuando está a mi lado tengo la certeza de que nunca estaré sola. Necesito su compañía, y la echo de menos aún estando a mi lado.

Acompáñame a estar sola.

Si con mi edad hubiera perdido mi parte infantil, de niña...sería una auténtica mierda. La poca madurez que pueda llegar a tener se tranforma cuando estoy con ella. Es la sonrisa que me falta cuando no tengo fuerzas.
La amistad se hace con los años pero, por encima de muchas cosas, se basa en la confianza. Puede que no la conozca desde hace tantos años como quisiera, pero eso nunca ha sido un impedimento.
Me gusta su forma de hablar y la forma en la que me mira cuando le cuento algo. Las ganas que tiene siempre de prestar atención, de ayudarte en cuando ve que lo necesitas. Su niñez, me chifla su niñez. Me siento bien cuando estoy con ella, porque hace cambiar lo que soy yo.
La voy a echar de menos, como a pocas peronas. Y ella lo sabe. Pero también sabe que espero verla muchísimo y que si no es así tendré noticias suyas cada día.
La quiero.

El verano...mmm si. Quizá lo esperaba mejor, o quizá peor. Está siendo completamente distinto. Anquela del Ducado, digamos que he pasado tres meses, de los doce del año, allí todos los veranos cuando parece ser que no tenía uso de razón. Este verano he vuelto, solamente una semana...y, sinceramente, creo que el año que viene las fiestas de San Roque también van a recibirme. Estepona, eso ya ha sido otra cosa. Una semana con ellas, con las que puede que pasen meses y meses hasta que nos reunamos todas. Me llevo el mejor recuerdo que podría tener, porque las quiero muchísimo. Plasencia...me da pena en parte irme, por ti. Pero es lo que he querido siempre, salir de aquí. Aunque tampoco se está tan mal...no del todo. Y ahora, estamos pensando como decorar lo que será nuestro piso como mínimo dos años. Va a quedar bien, se lo pedimos por la rejilla de Bea a la virgen imaginaria de mi altar.

Hace ya algún tiempo que me dan miedo demasiadas cosas. Dejar todo esto ahora mismo, y que al volver nada siga como está ahora. Caminar sin que me guies, cosa que no veo posible en este momento. Me gusta la persona que soy a tu lado, y no quiero volver a ser medio feliz sin ti. Ya no voy a conformarme con mantener esto, quiero que no se estanque...que no pare, que vaya a mejor. Quiero ayudarte, siempre. Y que seas mi conciencia. Quiera echarte de menos, porque eso va a significar que nada de esto ha terminado. Contaré las horas para verte, como lo estoy haciendo ahora.

No soy de decir “te quiero”, ni de demostrar lo que siento. Soy arisca y a veces saco de quicio. Me has hecho cambiar, a veces para mal…pero no puedo decir que eso sea así ahora. Te he repetido mil veces lo que te voy a echar de menos, pero no sabes hasta que punto. Me da mucha rabia que sea justo ahora cuando nos queda tan poco. Sabes que alargaríamos julio infinitos días más. Quiero confiar en ti como lo hago en mi, y como puedo algún día hacerlo en nosotros.
He estado muy ciega siempre, no me he dejado influenciar por nada…no me alegro de ello, porque a veces he salido perdiendo. Pero si no supiera perdonar no te tendría a mi lado.
Creo que uno de los peores días será cuando tengamos que despedirnos, pero se me hace muy difícil pensar que contigo vaya a ser un adiós definitivo. Tarde o temprano volveremos a encontrarnos, volveremos a vernos…y no sé si volveremos a remover lo que removemos ahora el uno en el otro.
Como siempre me has dicho tú…soy feliz, pero quiero serlo a tu lado

Utilizo la escritura para desahogarme. No sé me da ni bien ni mal, pero me gusta. En la vida hay etapas, yo intento quedarme con las buenas. Ahora mismo no puedo quejarme...tengo problemas como medio mundo pero ser parcialmente feliz es mejor que nada. Tengo personas en mi vida que me arropan, que me sostienen y que me guian. Le tengo a él, que en cierto modo también lo hace. Mi futuro está más o menos derecho, aunque debería haberme esforzado ocho mil veces más. Debo reconocer que según se acerca el momento me da un poquito más de miedo, aunque llevo años pensando como va a ser mi vida fuera de aquí ahora mismo veo septiembre demasiado cerca. Reconozco que echaré de menos a muchísima gente, que voy de madura y de independiente y supongo que lo soy muchísimo menos de lo que imagino. La gente que se queda aquí o de la que me separarán horas de viaje, me da pena. Pero volviendo a las etapas voy a centrarme en la de ahora, que me gustaría alargarla unos meses más...para qué mentir.

Ha sido una semana genial que espero repetir cada año, sea donde sea el sitio. Las quiero.